Es una sensación que me gustaría poder explicar de una manera sutil, pero no creo que tenga tales capacidades como para borrar la sonrisa de mi rostro, entonces ese es el momento en el que grito de emoción como una niña de no más de 5 años cuando le traen la golosina favorita al final del día. Me gusta la forma en la que sonríes, me gusta despertar y ver el sol tan radiante, me gusta haber desaparecido finalmente de esa atmosfera que me hacía daño. Estoy complaciendo al resto de las personas, quiero hacer feliz a los que me hacen feliz. Ya le dije adiós a la mierda que tenía en mi cabeza, ya me pase por la raja el sabor amargo que dejaron esas huellas en mi corazón, ahora comienzo a disfrutar, ahora veo realmente como no me cuesta ser feliz tan solo haciendo click en otra página de internet.
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